½ cucharadita de canela en polvo
1 cucharada de miel (opcional)
Para el crumble:
1 taza de harina de almendras o avena molida
2 cucharadas de aceite de coco sólido o manteca fría
1 cucharada de miel o ½ cucharadita de stevia
½ cucharadita de canela
Preparación
En un bol mezclá la harina de almendras con la sal, el aceite de coco, la miel, el huevo y la vainilla. Amasá hasta formar una masa suave y algo húmeda.
Cubrí un molde desmontable de unos 22 cm presionando con los dedos para formar la base. Horneá a 180 °C por 10 minutos y reservá.
Batí el queso crema con el huevo, la miel, la vainilla y la ralladura de limón hasta lograr una mezcla uniforme. Verté sobre la base prehorneada.
Pelá y cortá las manzanas en láminas finas. Mezclalas con el jugo de limón, la canela y la miel. Distribuilas sobre el relleno cremoso.
En un bol mezclá la harina de almendras, la canela y la miel. Agregá el aceite de coco y frotá con los dedos hasta obtener una textura de migas. Cubrí las manzanas con esta mezcla.
Horneá a 180 °C durante 35 a 40 minutos hasta que la superficie esté dorada y el relleno firme.
Dejá enfriar a temperatura ambiente y luego llevá a la heladera durante al menos una hora antes de servir.
Tips y consejos:
Usá manzanas verdes para un sabor más ácido o rojas si preferís más dulzura.
Tostá la harina de almendras unos minutos antes de usarla para lograr un crumble más dorado.
Podés agregar una pizca de jengibre o nuez moscada para un aroma más especiado.
Para una versión sin lácteos, reemplazá el queso crema por leche de coco espesa.
Si querés un crumble más crocante, añadí un puñado de nueces picadas.
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