Donas esponjosas más esponjosas de lo normal

Primer levado: tapá el bol con un paño limpio y dejá descansar en un lugar cálido durante 1 hora, o hasta que duplique su tamaño.

Dar forma: estirá la masa con un palo de amasar hasta dejarla de 1 cm de espesor. Con un cortante o vaso, formá círculos grandes, y con uno más pequeño hacé el agujero central.

Segundo levado: colocá las donas sobre una bandeja enharinada y cubrilas con un paño. Dejalas reposar 20 a 30 minutos hasta que aumenten un poco su volumen.

Freír: calentá el aceite a temperatura media (170–180 °C). Colocá pocas donas por vez para evitar que baje la temperatura del aceite. Freílas 1 a 2 minutos por lado hasta que estén doradas.
Escurrir y enfriar: retiralas con espumadera y colocalas sobre papel absorbente.

Decoración: pasalas por azúcar mientras están tibias, o si preferís, podés bañarlas con glaseado o cubrirlas con chocolate derretido una vez frías.

Tips y consejos:
Si querés que no absorban aceite, asegurate de que el aceite esté bien caliente pero no humeante. Si está muy frío, las donas se empapan; si está demasiado caliente, se doran por fuera y quedan crudas por dentro.

Podés rellenarlas con dulce de leche, crema pastelera o mermelada, usando una manga con pico fino.

Para conservarlas esponjosas, guardalas en un recipiente hermético una vez frías.

Estas donas son una receta infalible: crocantes por fuera, suaves por dentro y con ese toque dorado perfecto que las hace irresistibles a cualquier hora del día.

siehe Fortsetzung auf der nächsten Seite

Leave a Comment